De repente un día...
se tiño de gris todo el cielo de la tierra,
oskuros nubarrones recorrían
incansables el cielo,
todo adquirió otro color,
el mundo pareció languidecer
y la vida se escondió
temerosa de dañarse.
Como gigantes espectrales
los edificios eran los únicos
que osaban enfrentarse
impábidos a la amenaza,
bandadas de pájaros negros
volaban en busca de refugio
pues el cielo comenzó a llorar
y con su llanto empapo todo
lo que bajo su dominio hayaba...
y una tristeza más absoluta
se adueño del mundo,
nadie recordó
que un día hubo sol,
esperanzas...ilusiones,
el más completo de los hastíos
impero en el animo de la gente.
Seguía lloviendo
llevándose el agua con ella
lo poco de vida que quedaba
yo....desde la atalaya de mi habitación
observaba,
muda, impasible....
como todo mi mundo se derrumbaba....
No hay comentarios:
Publicar un comentario