con alas de fuego,
quebradizo con tan solo
el aliento de mi corazón.
Cruel como el peor
de los demonios del averno,
sabe de mi adicción a su hechizoy me niega mi dosis de
encantamiento.
Sere tu sombra penitente
allí donde te encuentres,
reclamaré las promesas que no hiciste
las caricias que no me diste.
Y aunque al inframundo bajes
seguire tu rastro de olvido...
para no perderte;
que no me asusta lo oskuro de tu alma
ni lo negro de un corazón que no tienes.
Que mi perdición no será la muerte,
mi perdición fue conocerte.......
Esa adicción es temible.
ResponderEliminarNecesitarás un exorcismo.