A fin de cuentas su reino estaba plagado de rubias oxigenadas que calibraron mal sus jugadas, quedando atrapadas como moscas, en la miel de sus propias ambiciones....
Actuaban como si la muerte les guiñara un ojo y las incitase a apostar todo en la casilla del amor o en la del dinero, todas ellas apostaron por el dinero...el amor no entró en su juego y así el pobre infeliz que se enredo en su deseo, atrapado por un cuerpo de seducción que con sus tentáculos exprimió hasta el ultimo jugo de su ser.
Acabó asimismo condenado al infierno, pero tristemente y a pesar de su inocencia, tan solo por el echo de cruzarse en el camino de esa mujer......al final deduces que la perdición de todo hombre es seguir ese impulso de alimentar su lujuria, sin valorar las consecuencias del acto en sí......
El infierno esta aquí con nosotros, se vistió de mujer, se tiñó de rubio y despierta deseos a veces inconfesables, a veces incontrolables, a veces...perversos........
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