La Voz de mi alma secreta e inmortal me dijo:
Déjame entrar en el Sendero de la Oskuridad, y por ventura
que encontrare la Luz.
Soy el único ser en un abismo de oskuridad, de un abismo de oskuridad salí antes de nacer, del silencio del sueño primordial.
Y la Voz de las edades respondió a mi alma:
Yo soy Aquel que se formula en la oskuridad, la Luz que brilla en la oskuridad, aunque la oskuridad no la comprende.

miércoles, 28 de marzo de 2012

LA LLUVIA


     Era una mañana plomiza y una fina pero insistente lluvia había conseguido mojar las calles de la ciudad, caminó lentamente hacia la estación dejando que la lluvia la envolviera. Por un momento deseo no ir al trabajo y pasear sin rumbo sintiendo las frías gotas deslizarse por su piel, hacerlo hasta que la lluvia borrase de su corazón cualquier indicio de insatisfacción.
     La lluvia...
     Como una niña, le gustaba mojarse desde que provo el monzón. Le habían dicho que en Asia cuando llegaba el monzón los niños salían a la calle llenos de alegría a darle la bienvenida, bailaban, jugaban, corrían... Ella pensó que no seria para tanto, que mejor seria resguardarse, protegerse del monzón. Pero en uno de sus viajes al continente asiático vivió un caluroso verano, días de fuego y noches insomnes, monótono e interminable... y llego la lluvia, con una fuerza arrolladora, sintió un deseo incontrolado de bailar bajo ella, de fundirse con el agua...lavar su cuerpo con el monzón, y permitio que la locura se hiciese realidad.
     Desde entonces nunca más volvió a sentir la necesidad de meter un paraguas en su bolso, con una sonrisa en los labios revivía aquel monzón.

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