
y largas noches espero ilusionada
hasta que mi cuerpo dice a gritos...
BASTA.
Mi voluntad lo quiere domar
pero se revela obstinado
y con cansancio y vomito negro
me hace claudicar.
Aun así mi ilusión sigue intacta
y acudo a tu fuente en busca de agua
solo encuentro palabras que no comprendo
y que me hacen sentir extraña.
Mi corazón tiembla
pues no quiero verte disgustado
y la sombra de tu enojo
me persigue cual fantasma encadenado.
Que de justos es valorar
las intenciones del condenado
ver esfuerzos y certezas...
que no te lleven a engaño
maniobras estratégicas,
que si bien pequé
de lo que ahora me echas en cara
también es cierto sin duda
que mis errores enmendé
y para así demostrarlo
oportunidad al cielo reclamo...
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