Y al fin ante mis ojos vi los echos que no podía eludir sin trastocar mi
honestidad, de pronto vi claramente el lugar que me reservaba de su vida... de
su tiempo. Aquellas ausencias que tan pacientemente justifique, ante mi
desespero por la añoranza, con argumentos de responsabilidades familiares y
laborales de repente dejaron de tener fuerza y valor. Allí estaba... relajado,
feliz, sin importarle si hacia días y días que no pasaba por el lugar donde
sabia perfectamente que me encontraba yo esperando como un perrito fiel las
caricias de su amo.
Mi cuerpo tembló y creo que todo el planeta vibro en una extraña onda
sísmica, la rabia que surgía de mis entrañas pinto de rojo mis mejillas, y un
animal desconocido atrapo mis vísceras con garras de acero profundizando la
herida con cada oleada de dolor al ver sus palabras escritas.
Aquellas palabras que antaño me dedico ahora iban dirigidas a otra mujer
y aunque no coarto la libertad de sus acciones si me siento en parte engañada
por permitir que yo siguiera alimentando un sentimiento confeso sin aclarar
tajantemente las intenciones de su insensible corazón.
Ya no vale seguir otorgando un amor a aquella persona que no sabe
valorarlo y sobretodo que no corresponde ese sentimiento, porque verdad es
aquello que quien quiere formar parte de tu vida encuentra los medios para
hacerlo por duras que sean las circunstancias. ¿Como me permití caer en esta
ilusión de vagas sombras que alimentaban mi hambre de amor?
Lo mejor que puedo hacer por mi misma es amarme y hacerlo profundamente,
de ahí amar la vida y lo que me rodea .... y ya no necesitare apoyarme mas en
falsos prestidigitadores que prometen felicidades amagadas en las brumas del
engaño.